"desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; … Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.” (Lucas 21:26; 28)
Cada inicio de año se caracteriza por la esperanza de que las cosas sean mejores que el año anterior. Sin embargo, cuando se hace un balance al finalizar, nos encontramos con eventos que conmovieron al mundo en general, y a nuestro mundo personal en particular. Por ejemplo, el 2015 lo iniciamos con una serie de atentados al semanario satírico Charlie Hebdo; la amenaza del Ejército Islámico; la crisis política, social económica y moral que afectan a los diversos países por causa de sus gobiernos corruptos; el precio cambiante del petróleo; elecciones en naciones claves que juegan un papel decisivo en la geopolítica mundial, etc., por mencionar algunos cuantos. No obstante, esto de manera paradójica, nos llena de esperanza: la bendita esperanza del retorno de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Hagamos la resolución este nuevo año 2016 de afianzar nuestra relación personal con el Señor. Por más difíciles que los tiempos se pongan, esto nos ayudará a enfrentar las turbulencias que escapan de nuestro control. Hagamos la resolución de compartir este mensaje de esperanza a aquellos que están en necesidad. Que el amor de Cristo nos constriña a pensar que todos están incluidos en el plan de salvación, a pesar de que pocos lo aceptarán.
Declaramos que este año será un año glorioso, caracterizado por una búsqueda más intensa del rostro de Dios; por más hambre y sed de la lectura y estudio de su Palabra y obediencia a la misma; por ser testigos fieles compartiendo el mensaje de salvación como deudores de su gracia y misericordia.
“Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” (Números 6:24-26)